Argentina, Brasil, Ecuador
Hernán Barcos "Me dijeron que en Liga no tenían para pagarme"
Ramiro Gómez. Brasil. 24.11.2018 - 07:45
El delantero argentino de Cruzeiro, Hernán Barcos, se ha manifestado, meses después, sobre su polémico traspaso de la Liga de Quito (ECU) al cuadro brasileño, pese a ganar la primera etapa en el fútbol ecuatoriano, aduciendo que en el equipo de la mitad del mundo lo obligaron a irse. "Me dijeron que no tenían dinero. Que si conseguía alguna cosa que la aproveche, porque no tenían para pagarme. Les mostré la oferta de Brasil. Cuando me fui apareció la plata y cuando la pedí no la tenían. Tengo pruebas de que fue así". Admitió en entrevista para una radio local de la ciudad de Quito.
El delantero que llegase al celeste a mediados de esta temporada, es un jugador que demostró que del amor al odio hay un solo paso. De ser el héroe del único campeón de América en Ecuador por llevarlo a ganar la primera parte del torneo y clasificarlo a la final, se convirtió en uno de los tipos más odiados por el aficionado, debido a unas previas declaraciones en las que mencionó que no se irá de la U hasta fin de año, no obstante, el ariete dejó el banquillo albo en medio de la polémica. "Yo me quedé en el club sin hacer uso de la opción de salida. Y de un rato a otro tenía que irme. Así como Pellerano está pidiendo hasta hoy que le den algo. Las cosas no son claras para la gente. Se les fue el referente, el capitán y ellos de alguna manera se tienen que cubrir. Hoy que estoy más tranquilo lo puedo hablar".
También admitió que en Liga suceden cosas extrañas, ya que al final de la novela se evidenció que no es como le dijeron, que el dinero existe y no hay tal problema financiero en el club. "Me fui y no por problemas económicos, tengo esa certeza, porque salieron a contratar dos jugadores extranjeros y hay que pagarle salarios también. Mi salario no era una locura".
Finalmente, el atacante dejó en claro que fue una decisión acertada llegar a Cruzeiro, pero que jamás pensó en irse del cuadro blanco. "No me arrepiento de haber venido (al Cruzeiro). Mi idea no era salir de Liga y menos luego de haber ganado la etapa". Con estas declaraciones, Barcos espera dejar atrás las críticas y que los hinchas vuelvan a tenerle el cariño y respeto de antes, entendiendo su situación y que los culpables de su salida no se visten de blanco ni juegan en cancha, sino en la mesa y con trajes de etiqueta.
El delantero que llegase al celeste a mediados de esta temporada, es un jugador que demostró que del amor al odio hay un solo paso. De ser el héroe del único campeón de América en Ecuador por llevarlo a ganar la primera parte del torneo y clasificarlo a la final, se convirtió en uno de los tipos más odiados por el aficionado, debido a unas previas declaraciones en las que mencionó que no se irá de la U hasta fin de año, no obstante, el ariete dejó el banquillo albo en medio de la polémica. "Yo me quedé en el club sin hacer uso de la opción de salida. Y de un rato a otro tenía que irme. Así como Pellerano está pidiendo hasta hoy que le den algo. Las cosas no son claras para la gente. Se les fue el referente, el capitán y ellos de alguna manera se tienen que cubrir. Hoy que estoy más tranquilo lo puedo hablar".
También admitió que en Liga suceden cosas extrañas, ya que al final de la novela se evidenció que no es como le dijeron, que el dinero existe y no hay tal problema financiero en el club. "Me fui y no por problemas económicos, tengo esa certeza, porque salieron a contratar dos jugadores extranjeros y hay que pagarle salarios también. Mi salario no era una locura".
Finalmente, el atacante dejó en claro que fue una decisión acertada llegar a Cruzeiro, pero que jamás pensó en irse del cuadro blanco. "No me arrepiento de haber venido (al Cruzeiro). Mi idea no era salir de Liga y menos luego de haber ganado la etapa". Con estas declaraciones, Barcos espera dejar atrás las críticas y que los hinchas vuelvan a tenerle el cariño y respeto de antes, entendiendo su situación y que los culpables de su salida no se visten de blanco ni juegan en cancha, sino en la mesa y con trajes de etiqueta.
¿Recuperará Hernán con esto el cariño de la hinchada?
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